Alumnos, Familias,
Colegas:
Aquel 19 de marzo del 2020, una cuarentena llegó sin pedir permiso y
se instaló entre nosotros y en toda nuestra sociedad, claramente era como
medida preventiva por la pandemia del Coronavirus, un enemigo chiquito,
invisible pero muy peligroso. Con ello nuestras escuelas poco a poco fueron
ganadas por el silencio y la angustia de no poder recibir a los casi 150.000
alumnos entre niños, jóvenes y adultos que día a día renuevan su compromiso de
estudiantes en cada aula. Un tiempo que nos lleva a plantearnos que cosas son
verdaderamente importantes.
Con la prevención y el cuidado de la salud como premisa, empezamos a
aprender estas nuevas formas de hacer escuela que se volvieron una necesidad
día a día. Sabedores que el vínculo pedagógico de los docentes con sus alumnos
es único e irrepetible nos aventuramos en este camino plagado de dudas y
temores, donde la angustia muchas veces le ganaba a la voluntad. En medio de
esta situación nos pusimos en marcha como equipo para estar cerca de todos,
como dé lugar, atentos de no dejar a nadie afuera, ni por un ratito: teléfonos,
cuadernillos, computadoras, redes virtuales, clases virtuales, fotos, cartas,
notas, rutas, tranqueras, caminos, combis y variadas formas de comunicación
como el ingenio permitiera. A un ritmo rápido y vertiginoso, las distintas
realidades nos daban cuenta de la hermosa pluralidad que la geografía pone a
nuestra disposición y en ella, lo más importante, nuestros alumnos, aquellos
que quizá no tenemos la suerte de conocer personalmente, entonces pasamos de este obstáculo a una oportunidad acercando
una palabra de aliento.
Pasan los días, nos contenemos y acompañamos con la seguridad que el
otro está ahí donde se debe estar. Ahora, mas organizados, sobre la marcha miramos
el futuro con aires de esperanza porque estamos convencidos de que nos irá bien,
ya que nos esforzamos mucho para que así sea. Vivimos una organización inédita
y dinámica que se adueñó de todos los tiempos y espacios, la escuela está a
toda hora y en todo lugar, porque los tiempos y las formas han cambiado. De muy
buenas experiencias y de las mejorables estamos hechos, de acción y de trabajo,
de dudas y certidumbres, eso sí, con el compromiso como bandera y nuestros
alumnos como razón.
Así estamos, entre situaciones nuevas, preguntas diversas, y revisiones
de las propias prácticas. Pasaron más de 30 días y no sabemos cuántos pasarán… con
trabajos, investigaciones, internet, dibujitos, charlas, clases y anécdotas
seguimos estando cerca de todos y cada uno. Con la riqueza que nos aporta la
heterogeneidad y la diversidad, mis queridos alumnos, quiero destacar la
cercanía, la disposición al trabajo que han demostrado y sobre todo el cariño
por la escuela y sus docentes. Valoro mucho ese esfuerzo, que sin dudas dará
sus frutos.
Ahora, un párrafo aparte merecen las familias que en este complejo
escenario no dudaron nunca en convertirse muchas veces en docentes y otras
tantas en alumnos para lograr la tarea diaria. Sé que trabajan, aprenden,
comparten y avanzan entre cuadernillos, fotocopias, videos, computadoras, teléfonos
y cuanto recurso tengan a mano para alcanzar el objetivo propuesto. Con este
equipo en marcha puedo decir que, si bien cada alumno está aislado en este
tiempo, nunca ha estado ni estará solo.
La educación es con el otro y ahí estamos, dando la lucha que
debemos dar, con todos los actores de nuestra sociedad. Sabemos que la desigualdad
no es buena aliada, que el camino es complejo y nos lleva a desafiar nuestros
propios límites. El vínculo y el respeto por los alumnos es la fuerza que nos
impulsa a seguir adelante. Ya falta menos para encontrarnos y compartir buenos momentos en nuestra
querida escuela. Sigan confiando que acá estamos por y para ustedes.
Simplemente…¡GRACIAS!
Bahía Blanca, 23 de Abril de 2020
Lic. Claudio Raúl Martini
Inspector Jefe de Región 22 Gestión Estatal
Dirección
General de Cultura y Educación
Provincia de Buenos Aires